Jaume
de Diego
Parece el título de una película de Peter Greenaway, pero
por desgracia es un titular que se ajusta a la realidad que vivimos en este
país. Durante muchos años la monarquía ha gozado de un gran apoyo popular y por
parte de estamentos políticos y periodísticos, basándose siempre en el eterno
argumento de que el rey tuvo un papel crucial en devolver la democracia a
España, así que la institución monárquica ha estado viviendo de rentas durante
muchos años sin ser cuestionada en ningún momento. Pero últimamente todo ha estallado,
al rey le salió rana el príncipe azul que se casó con su hija menor, un chico
deportista en apariencia modélico que intentó ir de listo y ha resultado ser el
más tonto de la clase. Antes tuvo que aguantar a otro yerno algo siniestro que
parecía salido de un cuento de Edgar Allan Poe, pero dejando de lado de ciertas
extravagancias el chico no causó grandes escándalos, mas allá de su divorcio y su
salida por la puerta de atrás de la familia (exceptuando, claro, el patético
incidente de cacería con su hijo).
Pero la aparición del corrupto Urdangarín
puso en la piqueta a la familia ideal, y a partir de allí todo empezó a ir de
mal en peor. La desastrosa cacería africana de paquidermos que acabó con el rey
con sus huesos en el suelo puso en evidencia un desenfrenado tren de vida y
encima se descubrió un pastel bien escondido, el rey se llevaba a esos viajes a
una amiga especial, la princesa Corina.
La familia real ya no apareció como
idílica a los ojos de muchos monárquicos, que los empezaron a ver como una
institución llena de secretos turbios. El rey o su entorno decidieron aumentar
su popularidad concediendo una entrevista que acabó resultando ser un gag
absurdo, con un Hermida parodiándose a sí mismo y un Juan Carlos I algo ausente
que dio titulares tan apasionantes como esa audaz receta para salir de la
crisis: “Juntos podemos”, eslogan copiado de las retransmisiones que Cuatro
hizo para la Eurocopa, que a su vez fue copiado de los discursos de Barack
Obama. No fue la mejor manera de transmitir que la máxima autoridad de España
sabe lo se trae entre manos, sino todo lo contrario. En fin, esto no será una
película de Peter Greenaway, pero sí que es una serie española de tintes esperpénticos
que supongo que nos dará nuevos capítulos.
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