José Ibáñez
Sonó el despertador. Manotazo. Tanteé
con el pulgar del pie izquierdo la zapatilla al borde de la cama y, en un
ejercicio de coordinación avanzado, me destapé logrando introducir los dos pies
en sendas zapatillas. Bostezo, sonido gutural y estiramiento de rigor; ya
estaba preparado para mi taza de café. Al tiempo que saboreaba el néctar de la
resurrección, oteaba entre legañas el periódico del día. Fue entonces cuando un
titular revolucionó mi sinapsis neuronal y me reveló un nuevo estadio del
concepto “osadía”; la compañía Walt Disney había comprado Lucas Films por 3.125
millones de euros y anunciaba la realización de 3 nuevas películas que
continuarían la saga Star Wars (es
decir, “la Saga”).
Para todos aquellos que se hayan pasado
los últimos 30 años tricotando en un monasterio budista o acaben de despertar
de una larga etapa de criogenización, creo conveniente enfatizar que, cuando
hacemos referencia a la saga Star Wars,
estamos hablando no sólo de una obra que refleja los extremos más humanos (el
amor, el odio, el rencor, la guerra) de una forma épica y excelsa, sino que,
además, nos estamos refiriendo a una maravilla completamente cerrada en cuanto
a su desarrollo cronológico. El ascenso, la caída y la redención del héroe ya
fueron. Es por esto por lo que me pregunté si esta noticia contenía más de
valor o de insensatez. “Su carencia de fe
resulta molesta”, susurraba una voz en mi cabeza.
Hoy, al amanecer en similares
circunstancias, una nueva noticia me ha devuelto esa fe en la fuerza: J.J. Abrams dirigirá la séptima entrega de la guerra de
las galaxias. Y es que si alguien puede llevar a cabo la tarea titánica que
supone tomar el relevo de George Lucas y cargar con la responsabilidad de
continuar la saga más famosa de la historia del cine, ese alguien es Abrams.
Este neoyorquino de 46 años es conocido por ser el creador de series como Lost (Perdidos),
Alias, Felicity o Fringe,
dirigir películas como Misión Imposible
II o Super 8 y, sobre todo, por
ser una pieza clave en la producción y dirección de las últimas entregas de la
archiconocida Star Trek.
Tenemos, por tanto, ante nosotros a un
espécimen que sabe lo que es manejar grandes presupuestos, realizar contenidos
audiovisuales destinados al gran público y que, sin embargo, entiende el
lenguaje de todos aquellos especialistas en el cine de ciencia ficción y el
cómic, a los cuales no llamaré nerds en este artículo y que sin duda serán el
lobby encargado de crucificar al cineasta en el supuesto de que el producto
final suponga una ruptura insalvable con la tradición “lucasiana”. Podemos
sentenciar que Jefrey Jacob Abrams tiene lo que hay que tener para enfrentarse
al reto. Dicho lo cual, abandono las teclas para dedicarme a la costura de mi
nuevo disfraz de Darth Vadder, que habrá de estar listo para el estreno del Episodio VII en el año 2015. Con mis mejores deseos: J.J. Abrams, may the
force be with you.
Muy buen artículo, si señor, esperemos que se cumpla tu vaticinio y de fruto a una buena continuación de la saga, y no a una flagrante puesta en escena de Mickey Skywalker Mouse partiendo por la mitad con una espada de caramelo a Lord Pato Donald xD
ResponderEliminarExcepto Super 8 y Perdidos, no conozco los trabajos de JJ Abrams. Y esos dos que conozco tampoco es que me apasionen especialmente.
ResponderEliminarEn cualquier caso y yendo al tema de Star Wars, me considero un auténtico fan de la trilogía clásica. Episodio I, II y III no me convencen. Pero también creo que es así porque no he crecido con ellas. Crecí y maduré con Luke Skywalker, Darth Vader, Han Solo y la princesa Leia y eso hace que probablemente mi valoración de las películas no sea totalmente imparcial.
Hace una temporada volví a ver esa trilogía clásica, y como siempre me encantó pero, ese revisionado me hizo darme cuenta de que muchas veces, quizás por ese cariño que tenemos a la saga, tendemos a sobrevalorarla. Son unas películas entretenidas, pero creo que no dejan de ser más que eso: cine de aventuras con el que disfrutar y pasar un buen rato. Si se quiere hablar de ci-fi entonces mejor hablemos de Blade Runner o 2001: Una Odisea en el Espacio, a las cuales considero "palabras mayores" en comparación con la trilogía de Lucas.
Teniendo esto en cuenta, no me parece tan preocupante que Disney se haya hecho con la nueva trilogía. Simplemente me resulta lo propio para su adecuación a nuevos tiempos del cine de aventuras :-)