Juanca con el dedo en el gatillo |
Arnau Margenet
Entre todas las cosas que uno puede conmemorar un 6 de enero están, por
ejemplo, estas tres: la arribada de los Reyes Magos al portal de Belén, la
ceremonia castrense de la Pascua Militar y el aniversario de Rowan Atkinson,
aka Mr.Bean. Son tres acontecimientos que, se diría, quedan concretados de un
modo espeluznante en esta fotografía tomada el pasado 6 de Enero en el Palacio
Real de Madrid, durante el transcurso de la nombrada Pascua Militar.
Ojo a la fotografía. Convendréis
que hay en ella una disposición diabólica de los elementos, un tejido de
despropósitos capaz de provocar al vidente suspicaz una súbita catalepsia. Adivinen
la pátina real, el chaqué de Mariano a lo Houdini y el repertorio de gestos
prefabricados que invitan a echarse unas risas y tendremos la tríada pimpampum
del 6 de Enero (sí, es cierto que si Mariano fuera José Luis, lo de Mr.Bean
encajaría de muerte. Pero también tiene su gracia). Y es que hay tal cantidad de perversos imputs aglutinados en este
encuadre que se podría exponer en las aulas de periodismo como la perfecta
síntesis de nuestros días.
Las sonrisas sardónicas, contra natura, el militarismo pomposo, TVE follándose a Felipe, los relativos galones, el paro silenciado, los safaris y el desfalco de impuestos, el amiguismo oportuno, Grecia en la Zarzuela, la crisis silenciada, el chaquetismo, el oro en las muñecas, peinados sufragados, la corrupción silenciada, impuestos insolidarios, mocasines… Y así, un no parar. Pero lo que más llama la atención, por encima de cualquier detalle, son las muletas de Juanca. Resulta irónico que el monarca, salpicado públicamente por el asunto de los safaris y las matanzas de elefantes a nuestra costa, use unas muletas en el centro de cuya empuñadura hay incrustada una especie de círculo rojo que, en efecto, recuerda a un pulsador. Se diría que un pulsador cuyo fin es el de activar la mecánica de una arma de fuego encubierta por un aparentemente inofensivo objeto ortopédico: una muleta lanza-misiles. A través del cañón que se esconde bajo la base de la muleta, salen disparados los proyectiles en dirección a los estúpidos paquidermos. Tal vez sea la manera que tiene el monarca de reclamar públicamente su derecho a matar animales con nuestro parné. Pero, ¿imagináis que de pronto alza la muleta en dirección a la noble concurrencia y se lía a balazos a diestro y siniestro con los ojos inyectados en salmorejo? Yo le perdono. Ese sí sería un buen regalo de Reyes. Un 6 de Enero para no olvidar. Un presente impagable. Y tal vez la única propaganda que el renqueante monarca tiene a mano para recuperar la simpatía de los hombres y mujeres del Reino.
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