Iria Lorenzo
El
PP tuvo su semana horribilis. A Luis
Bárcenas, extesorero del partido, se le destapó su oro, nada menos que 22
millones de euros escondidos del fisco en cuentas de Suiza, una “minucia” tras
28 años cargando con las cuentas del PP. Lo publicaron los malévolos medios de
comunicación y la cúpula de Génova saltó como un resorte. Le faltó tiempo a la
lideresa Cospedal, para decir que se tomarán medidas, (a su manera), y echarán
la casa por la ventana mostrando sus cuentas a todos los españoles mientras una
indignada Esperanza Aguirre, clamó al cielo de la justicia, que no viene a
decir otra cosa que “esto conmigo no pasaría”.
Bárcenas,
o el Gólum del PP, iba a Suiza a esquiar, nada más, que somos todos unos mal
pensados. Él era tan buen amigo que repartía sobres de dinero para los suyos
con cantidades de entre 5.000 y 15.000 euros. No sé por qué se escandalizan
tanto los ciudadanos, si eso se hizo toda la vida. Hasta los Reyes Magos dejan
sobres de dinero en el árbol de Navidad. Además, Bárcenas era un visionario que
ya veía venir la reducción salarial.
Por
su parte, el líder de tal agrupación, Don Mariano Rajoy, ya se puso firme y
dijo que no le temblará la mano. Lo que desconozco es en qué grado le temblarán
otras cosas. No se engañen, el PP siempre fue un partido de gente trabajadora y
honrada (no hay más que ver la cara de luchador de Floriano). Por si acaso se
queda en paro, Bárcenas ya ha enviado su currículum a Telefónica.
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