Víctor Prieto
Con la
exigencia de que Hugo Chávez se presente en el ataúd ante la toma de posesión
el próximo día 10 de enero, la oposición venezolana tiene
puesto sus ojos otra vez en las urnas para elegir a un nuevo gobernante, como estipula
su constitución.
Los conocidos como chacales,
consabidos animales carroñeros, se están poniendo nerviosos. Sienten amenazados
sus intereses ante una especie más voraz, que amenaza con robarles lo que
queda de la presa. El alcalde metropolitano de Caracas, el opositor Antonio
Ledezma, reclama la creación de una comisión para viajar a La Habana para
certificar el verdadero estado de salud de Chávez.
Ledezma y Ramón Guillermo
Aveledo, el secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática, no
se conforman con las informaciones recibidas desde la mayor de las Antillas, y
con su refutado sentido olfativo, detectan la miasma a kilómetros. Para
ambos Don Hugo se encuentra secuestrado, del mismo modo que la verdad
sobre su estado de salud. Teníamos entendida otra cosa por “diagnóstico
reservado”.
No obstante, la cúpula chavista que regresó de La Habana este
jueves informó a su pueblo que su líder, tras la delicada cirugía del pasado 11
de diciembre, ha presentado complicaciones como consecuencias de una severa
infección pulmonar, derivada en una insuficiencia respiratoria que requiere un
estricto tratamiento por parte de la sanidad cubana.
Para Antonio Ledezma y
su clan de chacales la información no está clara y
necesitan esa visita para poder oler de cerca la cama del difunto. Para poder
predecir la hora exacta de su defunción. Parece que lo expresado en la nota de
prensa leída por Ernesto Villegas, ministro de Comunicación e Información, no
está clara y no dice nada. ¿Será que esta raza de hiena es, además de merma,
escasa de cerebro?
No hay comentarios:
Publicar un comentario