lunes, 7 de enero de 2013

Nuevo director del Pentágono: “No soy muy de la guerra”

Javier Caudet
Obama ha elegido a un republicano como director del todopoderoso y metomentodo Pentágono. Pero no os excitéis, amantes del consenso, pues Chuck Hagel es un republicano descafeinado que arranca más gestos de disgusto que de asentimiento en el partido del elefante. Una oveja descarriada que comete el delito de ser poco partidario de Israel llegando incluso, según fuentes cercanas, a no vestir los reglamentarios calzoncillos con la estrella de David estampada (los Abanderado judíos vamos). Y es que el díscolo Hagel lleva algunos años (1997-2009) haciéndose notar en el Senado: que si ahora voto a favor de la guerra de Irak, pero luego no paro de criticarla y voto en contra del envío de tropas, que si trabajo con Obama en una ley para legalizar sin-papeles, que si voto en contra de las sanciones a Irán o en contra  de exigir a la Unión  Europea que no hable con Hezbulá.


En 2005 Hagel resumió su filosofía de voto: “Yo he hecho un juramento a la Constitución, no con mi partido o mi presidente”. Con  esta actitud, el republicano independiente no podía sino terminar quedándose más solo que la una y cuando, según su mujer, sus colegas le retiraron el saludo y empezaron a cuchichear a sus espaldas, decidió abandonar el Senado.

“Algunos aún le ponemos un whatsapp cuando quedamos para ver en directo los ataques israelíes sobre Gaza con los muchachos de la industria militar y con algunos miembros de Hamás”, apunta un senador republicano de forma anónima, “pero hace tiempo que no nos contesta”. En una de esas quedadas ante el televisor un miembro de Hamás, con bufanda blanqui-verde al cuello y blandiendo una larga bocina, explicó que no es bueno para el espectáculo ni para la guerra en general que el radicalismo  no esté equilibrado en ambos  bandos: “Es como cuando Guardiola iba de santo y no entraba al trapo de las declaraciones de Mourinho; ahora Obama irá de guay, de hombre con talante que es un ejemplo para la juventud y eso nos hará parecer a nosotros unos barbudos radicales que buscan su bien personal por encima del bien del equipo al que dicen defender”, explica el yihadista apesadumbrado.

Vamos, que el pobre Chuck  Hagel no convence a nadie (tampoco a Pilar Rahola, que ya se encargó de leerle la cartilla al Presidente Obama en audiencia privada) y se espera una ardua ratificación de su cargo por parte del Senado. Porqué ser hoy un republicano descafeinado no significa ser siquiera “de centro”. Hagel ha votado en contra del aborto, del excesivo gasto público y protestó porque un embajador estadounidense era “abierta y agresivamente gay”. 

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