viernes, 22 de febrero de 2013

Meteorito en venta

Raquel Martín
En un mundo capitalista controlado por los mercados, los emprendedores deben estrujarse cada vez más el cerebro para ofrecer productos originales e innovadores, hasta llegar al punto de hacer negocio con los hechos más inverosímiles.

El meteorito que cayó el pasado viernes 15 de febrero en los Urales no ha sido una excepción. El acontecimiento ha resultado ser sólo un susto, no una desgracia ni una matanza, así que no es moralmente condenable sacar tajada económica de sus resultados. Qué bien. Solo era cuestión de recuperarse del sobresalto para empezar a hacer negocio del simulacro de Apocalipsis ruso.

Durante todo el fin de semana se observó en los alrededores de Cheliábinsk, ciudad donde se produjo el impacto, a vecinos y curiosos rastreando el lugar y recogiendo muestras. La mayoría de las veces sin distinguir si eran trozos del cuerpo astral o simples piedras. Y a inicios de esta semana han empezado a circular por la red particulares que ofrecen las porciones obtenidas a precios que se mueven alrededor de 30€ y 40€ el gramo.

La curiosa transacción comercial esconde más de un peligro. El primero y principal es el evidente riesgo de estafa y engaño sobre el origen de los fragmentos, puesto que todavía no posee ningún certificado de autenticidad. Pero la venta del cuerpo astral conlleva más preocupaciones. A causa de esta práctica, los científicos se ven despojados del acceso a muestras para poder analizarlas. Y en este caso, de nuevo, la ley de oferta y demanda gana a la ciencia.

Además,si el material a la venta incluye platino, bronce o paladio (cosa que no se sabe porque nadie  ha podido analizar los fragmentos), su comercio está prohibido, al tratarse de metales preciosos. Los vendedores corren así el riesgo de ser acusados de comercio ilícito.

Lo más asombroso del caso es que algunos de los comerciantes han encontrado propiedades increíbles al cuerpo astral en dos días. Cosas que la NASA, después de décadas de investigación, no ha podido descubrir. Por ejemplo, en algunos anuncios se puede leer que los fragmentos ayudan a paliar la diarrea y mejoran el resultado de los exámenes, entre otras mágicas virtudes.

Seguro que este curso todos los jóvenes de Cheliábinsk conseguirán unas notas altas en la selectividad rusa. El tráfico de drogas y de armas es ya cosa del pasado. En el siglo XXI lo que está de moda es traficar con meteoritos.

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